Stephenie Meyer
Cuando el papel me cortó el dedo, sólo salió una gota de sangre del pequeño rasguño. Entonces, todo pasó muy rápido. No rugió Edward.Se arrojó sobre mí, lanzándome contra la mesa y aterricé en un montón de cristales hechos añicos. Jasper chocó contra Edward y el sonido pareció el choque de dos rocas... Aturdida y desorientada, miré a la brillante sangre roja que salia de mi brazo y despúes los ojos enfebrecidos de seis vampiros repentinamente hambrientos...
16 de abril de 2009
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